En la lengua náhuatl, es común que sea el fruto – o a partir del mismo — el que se utiliza para designar (describir) al árbol. De tal forma que el fruto y el árbol correspondiente pueden muy a menudo ser descritos por el mismo término. CAPOLIN o CAPOLCUAHUITL designa al fruto del árbol del mismo nombre.
La palabra CAPULÍN deriva de la palabra capolquauitl, árbol al cual los europeos llamaron capulino.
Capolquauitl, deriva de las voces náhuatl capani, que significa sonar, ca estar, pani fuera, y olini moverse; tener movimiento y estar afuera. Podría traducirse como “fruto expuesto (a la vista) que se mueve”…
«Prunus serotina Fruto de la familia de las rosáceas que consiste en una baya rojiza o negra que recuerda a una cereza de 1 a 1.5 cm de diámetro. Tiene una sola semilla, su sabor es dulce y su temporada es de mayo a agosto. Es originario de los climas templados de México. Este fruto fue domesticado por las culturas mesoamericanas.
En muchas regiones del centro del país se cuecen con azúcar o piloncillo. En Pátzcuaro, Michoacán, los secan al sol y los llaman cerezas granuladas; también se revuelcan en azúcar y se comen como golosina. El famoso vino o licor de capulín de Tenancingo, Estado de México, se hace macerando el fruto en alcohol. En los estados del centro del país se hace también el tamal de capulín o calpultamal. Las semillas secas del fruto se conocen como huesitos; se chupa primero y luego se quiebra para sacar la diminuta almendra que posee en su interior. También se rocían con agua salada y se tuestan en el comal para venderlos en los puestos de pepitas callejeros o se sazonan con sal, limón y chile molido».
Escrito por Paco Perez. Fuentes consultadas:
Nahuatlismos de Costa Rica.
Ensayo gráfico de Juan Fernández Ferraz, 1892.
Larousse Cocina