Acorde con datos religiosos proporcionados por un sacerdote local, se dice que el indio Juan Diego narra que la Virgen de Guadalupe se le había aparecido en tres ocasiones (del 9 al 12 de diciembre de 1531), se refirió a ella en náhuatl como Tonantzin y al lugar de las visiones como Tonantzintla, que se traduce como el “lugar de nuestra madrecita”.
…uno de estos está en México, donde está un montecillo que llaman Tepeacac y que los españoles llaman Tepequilla, y ahora se llama Nuestra Señora de Guadalupe. En este lugar tenían un templo dedicado a la madre de los dioses, que ellos llaman Tonantzin, que quiere decir nuestra madre. Allí hacían muchos sacrificios en honra de esta diosa, y venían a ella de muy lejanas tierras, de más de veinte leguas de todas las comarcas de México, y traían muchas ofrendas: venían hombres y mujeres y mozos y mozas a estas fiestas. Era grande el concurso de gente en estos días y todos decían ‘vamos a la fiesta de Tonantzin’; y ahora que está ahí edificada la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, también la llaman Tonantzin, tomando ocasión de los predicadores que también la llaman Tonantzin. …y vienen ahora a visitar a esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como de antes, la cual devoción también es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias de Nuestra Señora, y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin como antiguamente.»
Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de la Nueva España, 1540-1585
En su libro Tonantzin Guadalupe, el historiador mexicano Miguel León-Portilla muestra la relación que Guadalupe tiene con el antiguo pensamiento náhuatl: “con el simbolismo de la flor y el canto se pinta y matiza esta otra realización del encuentro de dos mundos”. En su texto, donde realiza una interpretación del Nican Mopohua o relato náhuatl que significa “Aquí se refiere.”, y donde se da cuenta de las apariciones de la virgen, León-Portilla expone la estrecha relación de la Virgen de Guadalupe y Tonantzin. “Ha llegado a la tierra florida, la de nuestro sustento, ha hecho suyos los cantos, las flores; sabe ya, sobre todo, que la noble señora celeste es su madrecita compasiva, es Tonantzin Guadalupe”, describe el historiador, a partir del texto antiguo.