Los Aztecas, los Mexicas y la Gran Tenochtitlan.

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Cuenta la leyenda que a principios del siglo XII, un grupo de guerreros abandonaron un lugar llamado Aztlán, en busca de la tierra prometida. Eran conocidos como una tribu guerrera nómada de cazadores y recolectores que provenían de la región semi-árida del norte de México. Iban guiados por su dios patrono, Huitzilopochtli. El nombre de Aztlán dio origen al gentilicio. En náhuatl, aztecatl es el singular y aztecah, el plural. Hispanizado es azteca y aztecas, respectivamente.  Según las crónicas, Tenoch nació en el año de 1299 d. C. y murió en 1363 d. C. En náhuatl su nombre significa “Tuna de piedra”. Este personaje es conocido por ser el guía de la tribu proveniente de Aztlán, tanto en su peregrinar como en su asentamiento.

Tras una larga búsqueda, Tenoch y su tribu encontraron la señal que Huitzilopochtli les había prometido: Un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente. Esta señal les indicaría el lugar preciso en el que debían fundar su ciudad. De acuerdo con Alvarado Tezozomoc, cuando los aztecas caminaban en busca de la tierra prometida, su dios patrono Huitzilopochtli -también conocido como Mexitli- les dijo: “Ahora no os llamaréis aztecas, vosotros sois mexitin”   de ahí proviene «Mexicah»   (castellanizado como «Mexicano» ) y les pidió que se colocaran como distintivo una pluma blanca sobre las orejas.

Era el año 1325 de nuestra era cuando fundan la Gran Tenochtitlan sobre un islote ubicado en uno de los tres lagos que conformaban la Cuenca de México. Según algunas fuentes, entre ellos no se conocian como mexicanos. sino como «Tenochas» ( Matos Moctezuma). Es en honor a este primer tlatoani que se nombra la ciudad: Tenochtitlan, que significa “lugar de Tenoch”.

Se estima que la población al momento del primer contacto europeo era, aproximadamente, de 200 mil habitantes. En esa época Sevilla contaba con menos de 50,000.   Al centro de la ciudad se ubicaba el recinto sagrado formado por templos y palacios. Entre estos destaca el Templo Mayor dedicado a Tláloc, «dios» de la lluvia y a Huitzilopochtli, «dios» del Sol, considerado por los «aztecas» como dios protector. La ciudad se encontraba dividida en cuatro secciones a partir del Templo Mayor y limitadas por grandes calzadas que se conectaban con tierra firme. Cada sección, a su vez, se encontraba dividida en barrios llamados Calpulli, en los que se organizaba cierto número de familias. Cada Calpulli era relativamente autónomo de los otros; tenía sus propios símbolos sagrados, fiestas y tierras exclusivas para la producción. También contaba con edificios habitacionales, edificios administrativos y comunales en los que se incluye un templo y una escuela.

Estaba compuesta de hermosos jardines, espléndidos palacios y grandes edificios cuyos acabados en blanco contrastaban con el verde-azul de los lagos. Era impresionante la pulcritud de sus palacios, los gigantescos monumentos y grandes mercados, la variedad de productos que ahí existían, así como las ceremonias y la gran cantidad de actividades desarrolladas en sus calles y plazas…

Domesticaban aves y animales, como el guajolote, loros y diversos tipos de perros, como los Xolos… 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente:

Los Aztecas y la Gran Tenochtitlan. Fundación Cultural Armella Spitalier
www.fundacionarmella.org Aglutina Editores.

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