Juana Bravo y Rosalba Morales Bartolo Cocineras Tradicionales de Michoacán van a enamorar a todos con sus extraordinarios platillos en el 14vo Festival del Día de los Muertos en Toronto, Ontario, Canadá, a llevarse al cabo el próximo 4 y 5 de noviembre 2017.
Nacida en la comunidad de Angahuan, Juana Bravo comenzó a involucrarse en el mundo de la cocina y la artesanía desde su niñez, ya que esas son las actividades diarias en la región. Su primer conocimiento culinario vino de su abuela paterna. Ella comenzó a ofrecer comida a los turistas que visitaban el volcán Paricutín en su provincia natal de Michoacán. Su fama creció a medida que la palabra de sus grandes sabores se extendió. En 1998 formó parte de First Encounters of Traditional Cooking, donde destacó por sus platillos.
En 2010 recibió, en nombre de México, la designación de la UNESCO de Cocina Tradicional Mexicana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Actualmente es parte del Grupo de cocineros diplomáticos acreditados por el gobierno. Juana es una auténtica embajadora de la gastronomía mexicana.
Nacida y criada en San Jerónimo Purenchécuaro, Michoacán, Rosalba creció cocinando junto a su madre en su cocina purépecha. Las mujeres purépechas son bien conocidas por su cocina regional y sus extraordinarias habilidades culinarias. Rosalba, aprendió recetas y técnicas desde su infancia y se ha convertido en una de las cocineras más ejemplares que viven en México.
Recientemente, Rosalba ha aparecido en varios programas de televisión mexicanos, incluidos Cocineros Mexicanos. La ruta de Rosy a su renombre actual no ha sido rápida y no ha sido fácil. En 1984, se graduó de la escuela primaria en San Jerónimo y se fue al día siguiente a trabajar como cocinera en una casa privada en Guadalajara. Su empleador le pidió que preparara comida que no le era familiar: pescado cocido en vino blanco. Ella recuerda: «Ese día marcó mi vida y fue increíblemente especial, porque confirmó y reconfirmó el amor, mi profundo sentimiento por la cocina, ya que experimenté con diferentes sabores».
En 2013, Rosalba ganó una mención honorífica en «Raíces, Platillos que cuentan una historia» en el Encuentro de Cocineras Tradicionales de Michoacán. Su primera participación, en 2010, le ganó un primer premio.
Dos veces, Rosalba ingresó a los Estados Unidos como trabajadora indocumentada, cada vez que trabajaba en restaurantes mexicanos y le enviaba dinero a su nativo San Jerónimo Purenchécuaro. A lo largo de 25 años, pudo construir su propia casa, donde vive hoy y ha hecho que su «Cocina Tradicional Rosy» sea conocida por los mexicanos y extranjeros que desean comer bien en Michoacán
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