Para muchas culturas mesoamericanas, el sacrificio humano era una expresión de primer orden, necesario para mantener el balance del cosmos al retribuir a los dioses el sacrificio original que hicieron para formar el mundo. Era un diálogo con lo divino, el cual se establecía regularmente durante festividades cívico-religiosas, o bien, de manera extraordinaria cuando ocurrían crisis naturales, económicas o demográficas.
Y aunque se han descubierto numerosos depósitos óseos antiguos, relacionados con actos de sacrificio, solo uno, investigado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en los años 60, podría estar vinculado con una de las más trascendentes conmemoraciones prehispánicas: la ceremonia del Fuego Nuevo, realizada cada 52 años por pueblos como el mexica, al coincidir los calendarios solar (xiuhpohualli) y ritual (tonalpohualli).
En el marco del 2do. Coloquio sobre la Visión Antropológica de la Conquista del Cemanáhuac.
Conversatorio: El significado de los rituales del sacrificio humano en el Cemanáhuac Pretendemos explicar con base al análisis de los testimonios arqueológicos el significado ritual que adquirían los sacrificios humanos en el Cemanáhuac, con relación a la reproducción de la comunidad en su interacción con la naturaleza.
Conversan: Los antropólogos físicos Zaid Lagunas, Carlos Serrano, y el arqueólogo Raúl Barrera. Modera: Eduardo Corona, etnohistoriador